top of page

ĀæSe siente usted solo? La Biblia lo puede reconfortar

 

 

Salmo 22

Un grito de angustia y un canto de alabanza

Al mĆŗsico principal; sobre Ajelet-sahar.

Salmo de David

22 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?¿Por qué estÔs tan lejos de mi salvacióny de las palabras de mi clamor?

2 Dios mĆ­o, clamo de dĆ­a y no respondes;y de noche no hay para mĆ­ descanso.

3 Pero tĆŗ eres santo,tĆŗ que habitas entre las alabanzas de Israel.

4 En ti esperaron nuestros padres;esperaron y tĆŗ los libraste.

5 Clamaron a ti y fueron librados;confiaron en ti y no fueron avergonzados.

6 Pero yo soy gusano y no hombre;oprobio de los hombres y despreciado del pueblo.

7 Todos los que me ven se burlan de mĆ­;tuercen la boca y menean la cabeza, diciendo:

8 «Se encomendó a JehovÔ, líbrelo él;sÔlvelo, puesto que en él se complacía.»

9 Pero tú eres el que me sacó del vientre,el que me hizo estar confiadodesde que estaba en el regazo de mi madre.

10 A ti fui encomendado desde antes de nacer;desde el vientre de mi madre, tĆŗ eres mi Dios.

11 No te alejes de mĆ­,porque la angustia estĆ” cercay no hay quien me ayude.

12 Me han rodeado muchos toros;fuertes toros de BasƔn me han cercado.

13 Abrieron contra mí su bocacomo león rapaz y rugiente.

14 He sido derramado como el aguay todos mis huesos se descoyuntaron.Mi corazón fue como cera,derritiéndose dentro de mí.

15 Como un tiesto se secó mi vigory mi lengua se pegó a mi paladar.”Me has puesto en el polvo de la muerte!

16 Perros me han rodeado;me ha cercado una banda de malignos;desgarraron mis manos y mis pies.

17 ”Contar puedo todos mis huesos!Entre tanto, ellos me miran y me observan.

18 Repartieron entre sĆ­ mis vestidosy sobre mi ropa echaron suertes.

19 Mas tú, JehovÔ, ”no te alejes!Fortaleza mía, ”apresúrate a socorrerme!

20 Libra de la espada mi alma,del poder del perro mi vida.

21 SÔlvame de la boca del leóny líbrame de los cuernos de los toros salvajes.

22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos;en medio de la congregación te alabaré.

23 Los que teméis a JehovÔ, ”alabadlo!”Glorificadlo, descendencia toda de Jacob!”Temedlo vosotros, descendencia toda de Israel!,

24 porque no menospreció ni rechazó el dolor del afligido,ni de él escondió su rostro,sino que cuando clamó a él, lo escuchó.

25 De ti serÔ mi alabanza en la gran congregación;mis votos pagaré delante de los que lo temen.

26 ComerÔn los humildes hasta quedar saciados;alabarÔn a JehovÔ los que lo buscan;vivirÔ vuestro corazón para siempre.

27 Se acordarƔn y se volverƔn a JehovƔtodos los confines de la tierra,y todas las familias de las nacionesadorarƔn delante de ti,

28 porque de JehovƔ es el reinoy Ʃl regirƔ las naciones.

29 ComerƔn y adorarƔn todos los poderosos de la tierra;se postrarƔn delante de Ʃl todos los que descienden al polvo,aun el que no puede conservar la vida a su propia alma.

30 La posteridad lo servirÔ;esto serÔ contado de JehovÔ hasta la postrera generación.

31 VendrÔn y anunciarÔn su justicia;a pueblo no nacido aún, anunciarÔn que él hizo esto.

 

 

 

 

Salmo 44

Mi alma tiene sed de Dios

42 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,asĆ­ clama por ti, Dios, el alma mĆ­a.

2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.¿CuÔndo vendré y me presentaré delante de Dios?

3 Fueron mis lÔgrimas mi pande día y de noche,mientras me dicen todos los días:«¿Dónde estÔ tu Dios?»

4 Me acuerdo de estas cosas

y derramo mi alma dentro de mí,de cómo yo iba con la multitud

y la conducĆ­a hasta la casa de Dios,entre voces de alegrĆ­a y de alabanza

del pueblo en fiesta.

5 ¿Por qué te abates, alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ”salvación mía y Dios mío!

6 Dios mĆ­o, mi alma estĆ” abatida en mĆ­.

Me acordarƩ, por tanto, de tidesde la tierra del JordƔn

y de los hermonitas, desde el monte Mizar.

7 Un abismo llama a otroa la voz de tus cascadas;

todas tus ondas y tus olashan pasado sobre mĆ­.

8 Pero de dĆ­a mandarĆ” JehovĆ” su misericordia

y de noche su cÔntico estarÔ conmigo,y mi oración al Dios de mi vida.

9 Diré a Dios: «Roca mía,¿por qué te has olvidado de mí?¿Por qué andaré yo enlutadopor la opresión del enemigo?»

10 Como quien hiere mis huesos,mis enemigos me afrentandiciéndome cada día:«¿Dónde estÔ tu Dios?»

11 ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ”salvación mía y Dios mío!

 

 

 

 

 

Juan 14. Versiculos 15 al 31

La promesa del EspĆ­ritu Santo

15 »Si me amÔis, guardad mis mandamientos.

16 Y yo rogarƩ al Padre y os darƔ otro Consolador, para que estƩ con vosotros para siempre:

17 el Espƭritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; pero vosotros lo conocƩis, porque vive con vosotros y estarƔ en vosotros.

18 »No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros.

19 Todavƭa un poco, y el mundo no me verƔ mƔs, pero vosotros me verƩis; porque yo vivo, vosotros tambiƩn vivirƩis.

20 En aquel dƭa vosotros conocerƩis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mƭ y yo en vosotros.

21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, Ʃse es el que me ama; y el que me ama serƔ amado por mi Padre, y yo lo amarƩ y me manifestarƩ a Ʃl.

22 Le dijo Judas (no el Iscariote):—SeƱor, Āæcómo es que te manifestarĆ”s a nosotros y no al mundo?23 Respondió JesĆŗs y le dijo:—El que me ama, mi palabra guardarĆ”; y mi Padre lo amarĆ”, y vendremos a Ć©l y haremos morada con Ć©l.

24 El que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

25 »Os he dicho estas cosas estando con vosotros.

26 Pero el Consolador, el Espƭritu Santo, a quien el Padre enviarƔ en mi nombre, Ʃl os enseƱarƔ todas las cosas y os recordarƔ todo lo que yo os he dicho.

27 »La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.

28 HabĆ©is oĆ­do que yo os he dicho: ā€œVoy, y vuelvo a vosotros.ā€ Si me amarais, os habrĆ­ais regocijado, porque he dicho que voy al Padre, porque el Padre mayor es que yo.

29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que, cuando suceda, creƔis.

30 No hablarƩ ya mucho con vosotros, porque viene el prƭncipe de este mundo y Ʃl nada tiene en mƭ.

31 Pero para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago.»”Levantaos, vÔmonos de aquí!

 

 

 

 

Todo el contenido (c) Tabernaculo BĆ­blico Santa Tecla Utila II, 2014, Pagina Web Creada con Wix. 

 

  • Twitter Classic
  • c-facebook
bottom of page